• Jorge Castillo

    Jorge Castillo nació en Lima. Ha publicado ócixot˃crónicas_contaminadas (C.A.C.A. Editores, 2014). Coedita la revista Mutantres, literatura mutante, publicación trimestral que va por el séptimo número.

    3.
    las tardes se filtran por mi ventana con paciencia, casi como pidiéndome permiso
    termina el verano, las aves aún vuelan sobre las azoteas
                                                                                  llenas de polvo

    en mi rutina de desempleado asumo las cosas como vienen
                    una rueda rodar sobre un plano inclinado es la gravedad a la que me refiero
                    las luces se apagan los perros aúllan
                    alguien muere tras el alambrado
                                   (cosa natural)

    duermo hasta el mediodía (me ahorro el desayuno), cocino algo, me levanto fresco (son las 17:35), converso con quien esté a mi lado, a veces es solo mi retina apuntándome como un francotirador, a veces es mi sombra que me cubre, una mano en mi nuca, en las noches bebo café y galletas
                    las madrugadas son largas
                    a veces para calmar mi ansiedad suelo masturbarme una dos veces
                    todo depende bajo qué ojos sucumba

    ciertas noches con mi compañero miramos alguna película sin demasiado interés  tomamos vodka con tampico, fumamos hierba verde skunk dr. strangelove        hace una semana otro amigo en común trajo cocaína y pasamos varias noches drogados escuchando cumbias y hablando de poesía hasta muy tarde
    desbocados e ilustrados ingenuos con barba con miel con hedor con flores con dientes con frescura con microscopio con rayos láser detrás del campanario
    hablamos de poesía hasta que pierde ese aire como intemporal como de confesionario y adquiere una relevancia que no logro explicar
    ensayamos explicaciones absurdas sobre cómo es que trazando una valla de altura a la poesía, en cuanto a ambición, en cuanto a interés, en cuanto a intensidad
                                    podemos asomarnos    husmear un poco
    trazamos esa valla, repito, una altura y desde ahí, con ambición, con nuestro polifónico atrevimiento, comenzamos a decir qué hacer, qué decir, cómo decir,
    por un momento las palabras se hacen nuestras, la cocaína es como un pulmón extra y
    pienso o recuerdo que ciertas tribus witotos de la selva colombiana usaban cañitas para esnifar, agustín benalcázar cronista jesuita del siglo xvii dibujó esas cañitas eran unas "y griega" los dos extremos superiores se insertaban en cada orificio y el extremo inferior se depositaba el polvo magic dust cristalino y
    también se podía soplar caña de bambú o
    el chamán que tenía el cabello sucio solemne guiaba el rito       el jesuita tomaba nota
    las palabras no existían sino para explicar un encuentro
    quiero decir que las palabras no son planos inclinados ni rampas amables, decir “mar brava” no tiene ninguna bravura, decir “noche de espanto” no espanta a nadie, decir “fuegos bajo mi vientre” no quema a nadie, etcétera    entonces las palabras nos acompañan solo abriendo un camino, las palabras son estrellas que dirigen un firmamento que se agrupan como rieles de un tren que se pierde tras el fin de las montañas, las palabras son como algarrobos que dan sombra en los desiertos de sechura para acumularse después y ser leña. alguien tomará todas estas palabras bajo su brazo su pecho bajo la cruz de su llanto bajo el estruendo del invierno que vendrá y pensará que si las palabras no queman ni espantan pues no son nada y decir
    cocinar el arroz con arroz con agua prepararlo lentamente alimentar el hambre el futuro de frío la noche de lluvias
    un parque de flores es tentativamente un campo de cruces / un perro mirando el semáforo
    esas son LAS PALABRAS               tentativas
    es el anuncio de la muerte
    el martilleo sobre la sien
    las palabras que nombran

    las palabras no dicen nada porque son las palabras del futuro las palabras que vendrán con el azar de tus dedos en una pantalla de lcd
    proyectarán una luz entre los dedos de estos desiertos                              a qué lenguaje encontraré entre estas calles para caminar bajo este río de palabras, a qué epopeya evocaré para encontrarme mañana cuando me reinvente
    lo único que realmente importa es reinventarse detrás de las palabras o por sobre ellas
    te quiero te quiero, me susurraron muy despacito         una abeja cruza un parque esta noche
                    en la radiofm se anunciaban cosas importantes
                                                   que yo sentí sin importancia
                    joy division está vigente              pensé

    si las palabras no son elegías de ese canto fúnebre entonces no es importante
    las palabras son esas tumbas proyectadas en una civilización de barro

    bajo este piso que es también el cielo poblado de nubes que no vemos porque en este cielo de lima no tenemos nubes sino volutas de miedo, vergüenza y falso decoro            el piso que me contiene y el cielo que me mira son las caras de la misma moneda                360º de giro, 360º de decisión, 360º de abismo, 360mil formas de perderme en el infinito de esas palabras que no me contienen y
    las palabras es también la cocaína surcando tu piel
    erizando tus pelitos tu paladar
    las palabras son el ano del mundo que todo lo ve
    es tu padre que se muere y tu familia que se muere
    es la muerte misma

    son puños frágiles con agujas en la palma de mano y moretones por todas las piernas, cuerpos 360mil mentiras reunidas  y las palabras es la radiofm es la emisora anunciando el duelo
    cuando las drogas se acaban con mis amigos seguimos sonriendo, yo escondo la mandíbula y lloro con disimulo las palabras las lágrimas y crece en mí una joroba     una antena, y tengo una energía enorme que de tan fuerte que es      me quiebra                 y sonrío               y golpeo
    un auto cruza muy despacio la avenida 
                                   y se va algo así como la esperanza 


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